una poesia que nos mandan. Disfruten..

Vuela alto, como un barrilete…
Tu magia se irradia cada vez que alguno de tus pies acaricia la pelota; nada se compara, nada se emparenta al virtuosismo que emana desde tu sabiduría expresada en el verde césped. Única inteligencia que coordina cerebro, cuerpo, piernas, un ensamble de coherencia perfecta que solo los virtuosos adquieren.
¿De donde fluye tanta belleza conjugada en movimientos perfectos e indescifrables para cualquier rival? ¿Tus pensamientos son acordes a los movimientos de tu cuerpo o las distintas partes que componen tu integridad física tienen independencia y autonomía propia?
¿Cuál es tu origen, Juan??? ¿Desde qué recóndito espacio se origina tanta magia??? ¿¿¿De qué lugar inconmensurablemente majestuoso arribaste como para derrochar tanto virtuosismo??? Quizás te haya visto en el potrero del barrio, cuando despuntabas zapatillas pensando, algún día, poder saltar ese tapial amarillo, marcado por las manchas de humedad de la última lluvia caída. O a lo mejor te observé salir corriendo, gritando algún gol, entremezclando tus canillas flacas con la tierra seca del campito. ¡¡¡Qué universidad, por favor!!!
Creo, por cierto, que desde ese momento ya vivías tu sueño, ese que hoy se te convierte en realidad, y que tanto reclamaste poder experimentar algún día, cuando proyectabas tu futuro casi colgado de las escaleras en las alturas del segundo piso del monobloque, siendo apenas un purrete, deseando poder pispiar alguna travesura del “Lechón”, las atajadas del “Cacho”, o las apiladas del “Gordo”……
Pero, ¿Cuál es tu historia??? Comentála, queremos saber como es la vida de un ser tan simple en la vida como en la cancha. Esa simpleza tan “complicada” para los ocasionales contrarios que en un momento te tienen frente a sí, y de repente, como se esfuma una mariposa de las manos de un niño, desaparecés señorialmente, con la cabeza levantada, buscando el amigo mejor ubicado al cual entregarás, con suma delicadeza, el preciado juguete. ¡¡¡Cuánto privilegio poder testificar ese momento!!! Yo lo estoy viendo a pocos metros, y quién intenta ejercer presión con su marca personal, queda irremediablemente desorientado buscando una ubicación acorde a los puntos cardinales, del cual ya perdió sentido, de tiempo y de espacio.
Y tan transparente pareces ser, que tu fijación se trasluce: sos el reproductor ideal de los momentos trascendentes: la alegría de tu juego, de tu gambeta, de tus amagues, se transportan al testigo ocular para contagiar felicidad: lo más bello para los ojos del público que te ve disfrutar en una cancha cuando corrés detrás del cuero. Si hasta parece que la pelota y vos son una misma cosa, un único elemento imposible de disociar… Digamos que “se necesitan”, se “re-quieren”; lo he comprobado: tu rostro se tiñe de desesperación cuando no sabés de ella, cuando se te aleja o cuando la maltratan. Preferís recibir uno y mil golpes en tu delgado cuerpo a que muestren el más mínimo desprecio hacia tu mejor amiga. Pero cuando te reencontrás con ella, en ese instante, salís en su custodia, como abogado defensor del bien más preciado que conociste. Tu expresión facial simula a la de un niño cuando retoma el juguete que más quiere, el que desean todos, el que anhelaste por siempre.
Finalmente, desearía verte como un barrilete, Benjamín, que toma vuelo por los aires quién sabe hasta qué lugar del horizonte, sin destino, como el artista que se deja llevar por la musa inspiradora de su intelecto y de sus sentimientos…
Y allí, bien alto, tal vez toques una estrella.
Vos sí podes intentarlo… porque la magia de los grandes todo lo puede.