Gracias por todo, Hugo…
La presencia de Hugo Giaccomini en Cañada de Gómez fue muy importante, y más aún durante el año 1.984, en aquel recordado campeonato que el por aquel entonces “Everton Argentinos Júniors” obtuviera de la mano de su dirección técnica. En su paso por el club, Hugo dejó la imagen de un hombre parco, de perfil bajo, siempre dispuesto a escuchar y a proponer el diálogo, incondicionalmente fiel a sus convicciones, que promovió sin miramientos a jugadores jóvenes provenientes de las divisiones inferiores del club que ese año pudieron, en un mix junto a otros experimentados, dar la vuelta olímpica.
“La condición más importante y fundamental que debe tener un jugador para integrar un equipo de fútbol es que sea una buena persona…, que se destaque principalmente por sus valores como ser humano”, se lo escuchaba decir en algunas charlas técnicas, dejando expresamente sentado el sentido de las palabras que Hugo le dejaba a sus dirigidos en el aspecto de la faz humana, por encima de las cualidades futbolísticas.
Justamente 25 años tardó el club en volver a lograr otro campeonato. Precisamente, se lo pudo ver en la ciudad para el invierno del año pasado, en oportunidad que fuera invitado para participar de un homenaje a esa generación y al reciente título que se había obtenido de la mano de otro técnico que él supo aconsejar desde muy chico, ya desde su época de jugador, el “Indio” Sergio Chiurchú..
Su hombría de bien, honestidad, sabiduría y enseñanzas fueron algunos de los valores que dejó su paso por aquella temporada transcurrida en Everton de Cañada de Gómez, reconocida por cierto, cada vez que Hugo frecuentaba la ciudad.
Daniel Aliprandi
La presencia de Hugo Giaccomini en Cañada de Gómez fue muy importante, y más aún durante el año 1.984, en aquel recordado campeonato que el por aquel entonces “Everton Argentinos Júniors” obtuviera de la mano de su dirección técnica. En su paso por el club, Hugo dejó la imagen de un hombre parco, de perfil bajo, siempre dispuesto a escuchar y a proponer el diálogo, incondicionalmente fiel a sus convicciones, que promovió sin miramientos a jugadores jóvenes provenientes de las divisiones inferiores del club que ese año pudieron, en un mix junto a otros experimentados, dar la vuelta olímpica.
“La condición más importante y fundamental que debe tener un jugador para integrar un equipo de fútbol es que sea una buena persona…, que se destaque principalmente por sus valores como ser humano”, se lo escuchaba decir en algunas charlas técnicas, dejando expresamente sentado el sentido de las palabras que Hugo le dejaba a sus dirigidos en el aspecto de la faz humana, por encima de las cualidades futbolísticas.
Justamente 25 años tardó el club en volver a lograr otro campeonato. Precisamente, se lo pudo ver en la ciudad para el invierno del año pasado, en oportunidad que fuera invitado para participar de un homenaje a esa generación y al reciente título que se había obtenido de la mano de otro técnico que él supo aconsejar desde muy chico, ya desde su época de jugador, el “Indio” Sergio Chiurchú..
Su hombría de bien, honestidad, sabiduría y enseñanzas fueron algunos de los valores que dejó su paso por aquella temporada transcurrida en Everton de Cañada de Gómez, reconocida por cierto, cada vez que Hugo frecuentaba la ciudad.
Daniel Aliprandi
1 comentario:
HUGO, MUCHISIMAS GRACIAS POR TODO LO QUE NOS DISTE COMO TECNICO, PERO FUNDAMENTALMENTE COMO PERSONA,TE VAMOS A RECORDAR SIEMPRE.
PATO
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